Durante el pasado 5 y 6 de septiembre de 2015 tuvo lugar en la sede de la Fundación La Palmita, en el municipio de Trinidad, el encuentro de intercambio de experiencias de los participantes del Programa de Fortalecimiento Ambiental Comunitario que adelanta la Fundación La Palmita en los departamentos de Arauca y Casanare. Este trabajo se llevó a cabo con el apoyo del Instituto Alexander von Humboldt quien, en cumplimiento de su misión de realizar la investigación científica de la biodiversidad en el territorio continental de Colombia, estuvo presente durante todo el programa en las etapas de planeación y ejecución de los talleres con las comunidades locales.
Durante los seis meses de duración del programa los habitantes de cerca de treinta veredas pertenecientes a ocho municipios realizaron un diagnóstico socio-ambiental de sus territorios con el objetivo de entender la manera en que los ecosistemas que utilizan cotidianamente se están transformando y cómo esto afecta su bienestar. Así, las comunidades reconstruyeron la historia de sus veredas y la registraron en líneas de tiempo en donde ubicaron las principales problemáticas ambientales, construyeron mapas en tercera dimensión para reconocer sus ecosistemas y situar las problemáticas en el territorio e hicieron diversas reflexiones sobre la importancia del uso responsable de los servicios ecosistémicos y su relación con el bienestar.
Al final de todo este proceso cada comunidad construyó propuestas de acción orientadas a la solución de las problemáticas ambientales identificadas en sus veredas y el encuentro de intercambio de experiencias fue la oportunidad de presentarlas ante participantes de otros municipios y representantes de autoridades regionales y nacionales en materia ambiental. De esta manera, se reunieron cerca de 115 personas, entre representantes de las veredas, de instituciones e investigadores de La Palmita, quienes dialogaron en distintos espacios para fortalecer y articular las soluciones construidas por las comunidades.
Durante el evento se lograron acuerdos e intercambios importantes, como entre los habitantes de la cuenca media y la cuenca baja del río Pauto, quienes acordaron realizar visitas a sus respectivos municipios para monitorear conjuntamente los vertimientos de aguas sin tratar que ocurren en el río. Por su parte, los habitantes de Tame y Hato Corozal discutieron sobre las posibilidades de formar comités veredales de monitoreo ambiental, que les permitieran seguir produciendo información sobre el estado de los servicios ecosistémicos en su territorio y generar acuerdos comunales para mitigar problemáticas como la caza y pesca indiscriminadas o el manejo inadecuado de residuos.
Con todo esto, el Programa de Fortalecimiento Ambiental Comunitario se cierra habiendo generado procesos organizativos en las comunidades que trascienden las fronteras veredales y municipales y que por lo tanto son más adecuados para enfrentar las problemáticas ambientales existentes en las zonas de piedemonte y sabana inundable de Casanare y Arauca. Asimismo, el éxito del programa demuestra la importancia de investigar contando como aliados a las comunidades locales, pues al desarrollar procesos de construcción compartida del conocimiento es posible llevar los resultados científicos al territorio y construir bienestar con un sentido de cuidado por el medio ambiente.